1ª Parte: Lescún:
Lescún es el típico valle del Pirineo
francés que cuando vas a él por primera vez piensas: aquí hay que volver. El
plató del Sanchese es una pradera grandísima con abetos dispersos y toda ella
metida en un hayedo impresionante y rodeada de montañas calizas. Así que este
año decidimos regresar a escalar varias vías que la otra vez quedaron
pendientes.
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Plató de Sanchese. |
En la cara este del Grand Billare hay
una pequeña aguja con una vía, que siguiendo unas fisuras y terrazas en forma
de "z", llega a la cumbre. La vía se llama Pinelli y ese fue nuestro primer
destino. Una aproximación por el bosque, siguiendo una torrentera, te lleva a
pie de vía. La subida fue incomoda por la pendiente y por los restos de árboles
destrozados por un alud de hace unos años. Al llegar a pie de vía la niebla y
una roca ligeramente húmeda no nos dió muy buen impresión así que decidimos
cambiar de planes y bajarnos al plató y escalar una vía Chateau Pinon Sec al pico de la Breque.
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Vía Pinelli |
Es una vía equipada, de 8 largos, de
los cuales la otra vez escalamos los tres primeros y queríamos acabarla esta
vez. El grado máximo es 6a+ y las hostilidades empiezan en el cuarto largo
cuando te metes en una zona de roca negra ligeramente desplomada y donde tienes que sacar el
trasero al patio. El quinto largo es muy psicológico porque escalas una zona de
calcita donde te vas quedando con trozos en la mano y otros vas tirando con los
pies. Llegas a la reunión con el corazón
a dosmil. El siguiente largo es una travesía que va a condicionar el
descenso. A las 8 de la tarde acabamos la vía y muy rápido para abajo que se
metía la noche. Para dar más emoción hubo que rapelar toda la vía con dinámicos
por la pérdida de un descensor. Los dos primeros rápeles son a las reuniones
correspondientes pero el tercero se sale de la vía y hay que seguir, con una
ligera tendencia a la derecha, unos 50 metros. Ahí está la reunión que no se ve
mucho y es clave encontrarla porque si no vas a tener problemas. Los otros dos
rápeles son más evidentes y además el último coincide otra vez con el primero
de la vía. A pie de vía ya no veíamos casi nada y a cenar que mañana teníamos
que madrugar.
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Terminando el tercer largo |
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Entrando en el desplome del 4º largo |
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El descompuesto 5º largo |
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6º largo |
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De la reunión del árbol hay que rapelar separándose de la vía de ascenso |
Al día siguiente teníamos como objetivo
la arista Larrangus al Grand Billare de 2.318 metros. En un principio la vía no
pasa de quinto grado y lo que nos preocupaba es la aproximación de unas tres
horas. Ésta, al principio, es una gozada; pista por un bosque y además con un
día espectacular no como el de ayer en el que estuvimos metidos en la niebla.
La pista luego se transforma en un camino por el bosque en dirección al Lac de
Lhurs y un poco antes de unas paredes muy verticales, se acabó la tranquilidad.
Hay que abandonar el camino y subir por la margen derecha de un pedrero
bordeando el bosque por arriba. Luego seguimos un croquis sacado de la revista
Desnivel que te conduce a pie de vía. Hay que prestar atención al flaqueo de la
segunda aguja roja que no es muy evidente. Además la roca está muy rota y es
una travesía que hay que ir muy atento.
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Arista de Larrangus |
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Salida del camino por la pedrera |
Sobre las 11 llegamos y media hora
más tarde empezamos a escalar. La vía nos pareció más complicada que lo que un
principio el grado daba a entender. Nos salieron 10 largos como 10 soles,
varios de ellos a tope de cuerda. Para ser una arista hay variantes y zonas
donde no está claro por donde va la vía. Hay largos espectaculares en cuanto a
la roca pero hay otros con zonas rotas y de hecho tiramos un bloque de tamaño
XXl y muchos más pasamos al lado de ellos sin mirarlos. Tampoco hay mucho
equipamiento en la vía y algún clavo que encontramos de sacaba con la mano e
incluso con la cuerda pero se protege bien. La escalada de la parte alta es muy
aérea y las vistas espectaculares de todas las praderas, montañas de la zona y
a medida que asciendes el Midi d´Ossau va apareciendo. A las 18, 30 llegamos a
los rápeles y nos bajamos a la horcada desistiendo de escalar los dos que
teníamos delante porque se nos iba hacer muy tarde y las nieblas volvieron
aparecer.
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2º largo |
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3º largo |
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Las fabulosas vistas |
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5º largo y el mejor de toda la vía |
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Parte alta de la arista |
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Rapelando |
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Trepada por la canal camino a la cumbre |
De donde nos dejan los rápeles hay
que trepar por una canales bastante tiesas prestando atención a la roca. Al
final, metidos en la niebla, llegamos al Grand Billare donde comimos lo poco
que llevábamos y para abajo a toda leche sin perder el camino. Eso sí, el
atardecer, entre las nieblas, fue memorable y al final llegamos con algo de luz
a las cabañas de Anaye donde el camino ya era bueno. Frontales y a disfrutar de
la noche lo que los pies nos dejaban.
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Foto de cumbre del Grand Billare
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En Sanchese la tranquilidad se había
esfumado. En Francia era fiesta al día siguiente y era una romería, con gente
acampada por todos los lados y sobre todo haciendo fuego. Es curioso que está
prohibido la acampada pero nadie parece que se preocupe por ello. En todo el
día prácticamente no habíamos comido nada y los 1400 metros de desnivel y las
16 horas de actividad empezaban a pasar factura así que manos a la obra: 2
kilos de fabada, 2 latas de mejillones, dos de paté, embutido y queso, 300
gramos de aceitunas, chocolate, 4 cervezas y una botella de vino y a dormir
como benditos hasta las 9,30 de la mañana.
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Cenando |
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