Este mini-Picos que es el Macizo de
Peña Ubiña es un lugar muy agradable al que cada cierto tiempo regresamos. Las
praderías que se extienden por la vertiente leonesa son un espectacular contraste
con la caliza de las cumbres. Centenares de vacas y caballos pastan, en los
meses de verano, exactamente igual que como lo llevan haciendo siglos.
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La caliza de Ubiña y las praderías leonesas. |
Antes de Tuiza de arriba nos
desviamos de la carretera que lleva al pueblo y subimos en coche hasta el Alto
de la Cubilla. Parece ser que este año la Vuelta sube a dicho Puerto cosa que
están aprovechando los vecinos para reclamar mejoras en la carretera. Con toda
razón porque es estrecha de narices, bacheada e invadida por la vegetación.
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Nieblas hacia Asturias y las curvas de la carretera del Alto de la Cubilla |
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Pico La Mesa con el espolón Tabuyo marcado en el centro. |
Esta vez teníamos dos objetivos; el
espolón Tabuyo y la travesía desde el Fontán a Ubiña. Para escalar el espolón
Tabuyo en el Pico de La Mesa hay que subir al Alto de la Cubilla y desde aquí
no seguir a la Casa Mieres y si seguir la pista que se dirige, hacia el este, a
la Majada Vieja. Aquí dejamos el coche y según la descripción que sacamos del
libro de Adrados - Escaladas selectas de la Cordillera Cantábrica- , en veinte
minutos llegaríamos a pie de vía. Vamos lo que comúnmente se llama un paseíto veraniego
pero que en nuestro caso fue hora y media porque no prestamos atención al
collado al que había que ir. Nos fuimos hacia un collado, a la izquierda del
correcto, y bajamos por un barranco hasta no sé dónde. Nos recorrimos toda la
pared de la Mesa y al final a las 5,30 de la tarde encontramos la vía.
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Segundo largo |
A esa hora había que ir fino y ligero
para evitar problemas con las horas de luz. Aun así decidimos meternos y tirar
para arriba porque el espolón es realmente espectacular. La escalada empieza en
una placa en recuerdo a Santiago Tabuyo con una travesía corta a coger el
espolón. Aquí se monta reunión para subir por el filo en tres largos hasta la
cumbre. El segundo largo es mantenido con algunos clavos, algunos de ellos con
unas anillas de dudosísima resistencia, y fisuras donde meter lo que se lleve.
Es el más complicado con tramos de V+. En el tercer largo nos metimos en la
niebla y a partir de ahí no vimos nada. Una pena porque el paisaje era
espectacular. La ventaja es que el espolón, que es aéreo de narices, no lo
parecía tanto.
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Tercer largo hacia abajo |
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Tercer largo hacia arriba |
En la cima metidos en la niebla costó
encontrar la bajada pero al final llegamos al coche. Cenita tranquila metidos
en la niebla meona y con toda la ropa de abrigo que llevábamos puesta. Es lo
bueno de las olas de calor cantábricas.
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Cumbre sin ver nada. |
A la mañana siguiente bajamos a Tuiza
para subir al refugio del Meicín. De este refugio nos dirigimos al Fontán
aunque otra vez nos volvimos a equivocar de collado. Esta vez lo solucionamos
rápido y cogimos la normal del Fontán. Al final desistimos de hacer la arista
porque no íbamos bien de tiempo, había que volver a casa y la niebla volvía
aparecer. Aun así disfrutamos de una agradable ascensión y la visita de un
inmaduro de Quebrantahuesos mientras comíamos en las cercanías de la cima.
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Ubiña al fondo camino al Meicín |
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Pico Fontán |
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