Cara Oeste Urriellu. Vía Rabadá-Navarro (750 m. 6a, A1(6c))
David Rodríguez
Raúl Guerra
Todo escalador que alguna vez
haya posado la mirada en la impresionante cara oeste del Picu Urriellu habrá
soñado alguna vez en emular a aquellos dos pioneros que fueron Alberto Rabada y
Ernesto Navarro que en 1962 trazaron y
escalaron por esa impresionante mole de roca de 600 metros, una ruta que hoy en
día sigue siendo la clásica entre las clásicas y que, a pesar de los avances
técnicos que ha sufrido la escalada, sigue siendo una vía comprometida, larga y
de alta dificultad, al menos para escaladores medios como el que escribe esto.
Desde mis comienzos en la montaña
y en la escalada siempre había soñado con esta vía, la vía de las vías de los
Picos de Europa. Y como muchas veces las
cosas surgen de casualidad, esta vez fue el turno de David y mío. Solo hizo
falta un par de guasap de David para convencerme en 10 minutos y ponernos en
marcha. Ya no había marcha atrás.
El jueves 14 de agosto a las 7:30
de la mañana estábamos ya a pie de vía. El día estaba un poco dudoso, frio,
pero se suponía que la previsión era buena y como las ganas eran muchas……pues
para arriba sin pensarlo.
Los dos primeros largos son los
más duros para el común de los mortales (A1/6c), pero no para el máquina de
David que se los merendó en libre tan tranquilo. Bueno, para ser estrictos, se
agarró un segundo a un clavo para colocarse un poco……..pero ya le dije que se
lo daba por encadenado. Asombrado me dejó. Encadenar en libre esos largos, con
el frio que hacía y a esas horas de la mañana está al alcance de muy pocos. Yo,
evidentemente, ni me lo planteaba hacer en libre. Aceré de todo lo que había y
porque no había más.
David en el segundo largo |
Los siguientes largos parecía que
iban a aflojar, pero no era así. Unos 6a te recordaban que seguías escalando en
la oeste. David también se los merendó sin despeinarse y yo al menos ya los
hacía bien en libre. Los dos largos de la famosa “cicatriz” fueron fantásticos,
algo más sencillos, buena roca y que te exigían unos movimientos muy bonitos. Y
en un largo más, un poco confuso, llegamos a la famosa travesía. Cuando te
asomas y la ves, parece que tiene buenos agarres, bien equipada y un ambiente
increíble como se ve en las fotos. Sin embargo, llegaba un punto que…….pum, se
acaban los agarres buenos y toca dar unos pasitos en adherencia bastante finos
y obligados…..vayas de primero o segundo. Pero sin duda, un largo espectacular.
Quizá el largo más espectacular que haya hecho nunca.
David contemplando la gran travesía que le esperaba |
David en plena acción |
Raúl en la gran travesía |
Una vez hecho el minirapel se
supone que la cosa iba a mejorar en cuanto a dificultad, pero el cansancio
acumulado y la cantidad de metros que aún quedaban hacía que los quintos
pareciesen un poco más.
En dos largos superamos el
magnífico gran diedro con alguna sorpresita, un tramo muy perro de chimenea y
un alien rojo que alguien se olvidó. De allí a la famosa plaza de Rocasolano,
cargada de historia. Y en cuatro largos más en los que ya pesaba todo y los
brazos ya decían que cuándo se iba a acabar esto (y un conato de despiste felizmente resuelto), llegamos a la cumbre.
Raúl escalando en el gran diedro |
Raúl en los últimos largos del espolón NO |
La emoción que sentimos fue, al
menos para mí, similar a la de la primera que llegué a la cumbre vez hace 20
años. No tengo más que agradecer a David que se currase como un titán los
largos duros que no estoy seguro si yo los pudiese haber hecho de primero, y
que me aguantase toda la cantidad de anécdotas e historietas del Naranjo que le
he ido contando por el camino. Será un día que no olvidaré en la vida y que
espero poder repetir.
En la cumbre |
Arriba el sol comenzaba a caer........ |
¡Qué emocionante!
ResponderEliminarImpresionante por lo menos para una dominguera como yo , por cierto Raulete no sabia que se te daba tan bien escribir :-)
ResponderEliminarCinco estrellas
ResponderEliminarHola;
ResponderEliminarSoy David Rodríguez y (para ser más estrictos aún) fui yo quien subió al Picu con Raúl y no David Gutiérrez.
Comentar que no paré de disfrutar en ningún momento.
Muy bien relatado y muy buenas las fotos Raúl.
Un placer y gracias.