El buen tiempo
se ha instalado en el norte y con la nieve y el frío que hace pues hay que
aprovecharlo. Esta vez nos decantamos por la zona de Cabaña Verónica y la
siempre huidiza cara norte de La Palanca. Tres veces hemos peregrinado a sus
pies y tres veces nos ha dicho que volvamos otro día.
A las 10
estábamos en Fuente Dé para coger el primer teleférico y con un mochilón de los
de los que cada día llevamos menos, salimos para Verónica. Lo primero que nos
llamó la atención fue lo duro que estaba la nieve para la hora y orientación así
que crampones y para arriba. El día espectacular y al mediodía estábamos en
Cabaña donde no había nadie. Dejamos los sacos, comimos algo y decidimos ir a
ver como estaba el corredor noreste del Tiro Llago. La entrada del corredor se
presentaba interesante hasta con hielo así que para allá fuimos. Un largo
bonito y el primer tornillo de la temporada. El segundo largo en nieve nos dejó
a pie del resalte de salida que se le veía tieso. Por fortuna el hielo permitió
pinchar bien y en un par de arreones fuertes llegamos a la arista final. Un
atardecer anaranjado y típicamente invernal en cuanto a los cielos al que había
que añadir la cumbre completamente helada y la soledad del momento, hizo que
disfrutásemos como enanos.
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1º resalte |
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Resalte de salida |
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Cumbre |
El descenso
complicado porque el rapel de la cumbre está tapado. Todo congelado y clavando
puntas delanteras fuimos perdiendo altura hasta el segundo rapel que si estaba
descubierto. Lo usamos con una sola cuerda y para el refugio ligeritos que se
echaba la noche encima. Al llegar a Verónica sorpresa, la soledad de todo el
día se había transformado en una multitud de 10 personas buscando colocarse en
un espacio donde entran 5.
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Descenso de la cumbre de Tiro Llago |
La noche fue
complicada así que decidimos acortarla y a las 6 de la mañana para arriba.
Levantamos a los del suelo que se metieron en las literas y a desayunar
mientras fundíamos nieve para llevar agua. A las 7 de la mañana salimos metidos
en una oscuridad total y con poco frío. La noche era estrellada e incluso vimos
varias estrellas fugaces. En la collada Blanca empezó a clarear y sobre las 8
estábamos viendo la cara norte que si
parecía que tenía buena pinta. Nos acercamos a pie de pared y el agujero de la
vía Ojal parecía tapado de nieve. Así que hartos de ser rechazados por esta
majestuosa pared decidimos ir a la vía Clásica que se la veía con buen hielo.
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Vía clásica empieza en la cascada de hielo y acaba arriba a la izquierda |
Sobrecoge bastante
mirar para arriba y ver los trescientos metros de pared. Además esta vía hace
muchas travesía evitando los muros con lo que una retirada en mitad de la pared
iba a ser muy complicada. Pasaban las 9 de la mañana cuando empezamos la escalada
y las condiciones de la nieve y el hielo eran muy buenas. 4 horas de escalada
con largos casi todos a 60 metros porque la reuniones las montabas donde
querías ya que, excepto en el primer
largo, no vimos nada. La vía son travesías de campas de nieve verticales que
van esquivando muros verticales de roca y luego resaltes de buen hielo que van
haciendo que vayas desentrañando los misterios de este paredón. Como decía
antes las reuniones se montaban cuando se acaba la cuerda usando todo tipo de
materiales; estacas, piolets, clavos, material de roca. El 5º largo fue el más
expuesto porque a medida que ascendíamos la calidad de la nieve fue cambiando a
peor; menos transformada y más costra. Cuando llegamos al largo del túnel y
vimos que podíamos pasar nos relajamos. El largo de salida espectacular con esa
sensación que se tiene cuando acabas la vía y te da el sol en la cara. Después
de 4 visitas a este paredón por fin salíamos por arriba.
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1 largo |
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2 largo |
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3 largo |
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4 largo |
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La Bermeja, Cerredo y Cabrones, testigos petreos de la escalada |
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5 largo, el más expuesto |
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6 largo |
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El agujero |
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8 largo |
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Saliendo |
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Disfrutando de la Torrija |
Tardamos 4 horas en completar la escalada y desde la
cima el paisaje era espectacular. Un viento frío mantenía los cielos limpios y
se veía Peña Ubiña como si estuviera al lado. Centenares de cimas y todo bien
congeladito. Recogimos trastos, comimos los ricos manjares que solemos llevar
en este tipo de actividades a excepción de una torrija navideña y para abajo
con mucho cuidado. Desde la cumbre a Cabaña Verónica no se puede decir que sea
un paseo. Lo primero que haces es alejarte hacia la collada de la Celada para
luego bajar hacia el Hoyo Grande perdiendo la menor altura posible ir hacia la
collada Blanca. Con el tic-tac del horario del teleférico en nuestra cabeza
seguimos hacia Cabaña Verónica donde recogimos todo y para abajo. La nieve
seguía bastante dura con lo que hasta llegamos con media hora de adelanto al
cierre del teleférico.
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Panorámica desde la cumbre |
Semana
gloriosa si la comparamos con lo que viene siendo habitual otras temporadas y esperemos
que siga así. Las condiciones son buenas para escalar pero peligrosas sino se
tiene una buena técnica de cramponeaje. La vía de la norte de La Palanca nos ha
parecido espectacular pero muy comprometida si hay que bajarse de ella. Seguiremos
insistiendo con la vía del Ojal a ver si un día podemos escalarla pero aunque
nos rechace movernos por esos sitios en invierno es todo un espectáculo para
los sentidos. Curiosamente si se aprueba el PRUG de los Picos de Europa tal y
como está escrito escalar estas dos vías sería ilegal ya que el pie de pared es
una zona protegida
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