Pico Gran Quayrat 3.060m, cara O vía Ravier M.D
La primera parte del
camino es común a la del día anterior pero sin desviarnos del camino que sube
al refugio del Portillón, que lo haremos más arriba guiados por la cara oeste
de Gran Quayrat. Nos asombra el enlosado del camino ¡que trabajo tiene que
haber llevado hacerlo!
Cara oeste del Gran Quayrat |
Una vez situados debajo
del pico localizamos los primeros largos y para ir más rápidos, decidimos
escalar alternado cada tres largos. No
hace tanto frío y en cuanto empieza la acción sube la temperatura. Los primeros
largos son de V,V+ y V, hay algún clavo que te indica el camino pero su antigüedad
no los hace muy fiables. Las reuniones son cómodas. El cuarto largo comienza
por una fisura peleona de V+ o 6 a+ dependiendo del croquis. Antiguamente tenía
un clavo, como hemos visto en una foto, pero en la actualidad está limpio. El
quinto y sexto son de IV y IV+ y se llega a una pequeña brecha donde empieza la
segunda parte de la vía.
1 largo.
4 largo.
5 largo
En nuestro croquis nos
marcaba que nos teníamos que bajar unos 80 metros y continuar por un largo de V
para cinco largos después salir por la izquierda de la cumbre. Para allá fuimos
sin encontrar el largo de V pero escalando dos largos que nos llevaron a una
canal pedregosa y ahí se acabó la historia. Subimos a la cumbre trepando y
disfrutamos de un maravilloso día. Por cierto habíamos tenido la compañía de
decenas de Halcones Abejeros que estaban atravesando los Pirineos para ir a
invernar a otras tierras más cálidas y
acogedoras. También vino a saludarnos el Quebrantahuesos.
Tras las fotos de rigor y la identificación
de cumbres empezamos la bajada a las tiendas que se veían muy pero que muy
abajo. El descenso se nos hizo muy largo sobre todo por el calor que hacía pero
más fácil de encontrar el camino de lo que pensábamos. Llegamos a tiempo de un
baño en el lago donde descubrimos que ya no estábamos solo. Era sábado y
bastante genta había subido a acampar y disfrutar de estos bellos paisajes.
Llegando a la cumbre y cumbre
Bajada con el lago Saussat y Espingo a los pies
Al igual que el día anterior hicimos comida y
cena seguidas y a descansar que ya se notaban los días de actividad.
Al día siguiente el despertador no sonaría y
lentamente, con la tarea hecha, fuimos secando y recogiendo las cosas para
ponernos en camino hacia abajo. Nos quedamos sorprendidos de la decenas de
personas que subía al lago de Oo parecía el Cares. En el coche tiramos las
cosas y al río a bañarnos que la sudada era considerable y los hombros bajaban
hechos polvo del peso de la mochila. El baño y la cerveza de rigor nos hizo
revivir pero la felicidad no pudo ser completa ya que al decir que queríamos comer
no dijeron que la cocina estaba cerrada ¡eran las tres menos cuarto de un
domingo soleado de verano!
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